viernes, julio 01, 2005

BUDAPEST - BUDAPESTI

BUDAPEST - BUDAPESTI

Geográficamente, Hungría está en el centro de Europa, y Budapest, su capital, se encuentra en su mismísimo corazón.

Budapest es Buda y Pest, dos ciudades separadas por el Danubio. En ellas se funden a belleza y la tragedia, la añoranza y la pasión por la vida. Dos urbes divididas por el gran río que fluye majestuosamente hacia el Mar Negro. Buda es la vieja ciudad medieval sobre la colina. Pest es el ensanche de la gran urbe que surgió cuando la ya unificada Budapest se convirtió en segunda capital con Viena de un gran imperio.

La ciudad misma arrastra al visitante. Vibrante, frenética, amable, el encanto de Budapest es una mezcla de cosmopolitismo y elegancia patricia, de dinamismo y tranquilidad parroquial. Y, como todas las grandes capitales, satisface todos los gustos, desde la cultura exquisita a las sesiones maratonianas de vodka.

Cabalgando sobre el Danubio con sus nueve puentes, Budapest tiene una desconcertante variedad de estilos arquitectónicos, legado de su turbulenta historia. Todo está presente hoy, para el viajero, en la ciudad. Sinagogas y mausoleos, héroes de la épica magiar y cafés de las conspiraciones decimonónicas y anticomunistas. Es una ciudad a la que uno no puede acercarse con timidez. Su grandeza, ritmo y diversidad resultan sobrecogedores, pero todo ello su sobrenombre de "Reina del Danubio" es merecido.

P.D. Souvenir, Souvenir




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4 comentarios :

Anónimo dijo...

Mmm, Buda y Pest. Fíjate que la capital de Honduras antes estaba formada por dos ciudades gemelas, las cuales compartían el poder político y suponían la parte toral del ingenio de todo un pueblo. Me refiero a Tegucigalpa y Comayagüela. En Comayagüela fue donde este humilde servidor de la resistencia vio por vez primera la vida fuera del vientre materno. Pero con el paso del tiempo, Tegucigalpa creció y engulló a Comayagüela de un solo bocado, convirtiendo a su hermana en sólo una leyenda urbana esculpida entre humores de mercados, prostíbulos, residencias que albergan fantasmas, viejas oficinas gubernamentales y negocios de baja calaña. Comayagüela es hoy el más grande barrio de esta capital llamada Tegucigalpa (que quiere decir “Cerro de Plata”). Hoy vivimos en la mera Tegucigalpa, para ser más específicos, en los brazos de su hija Miraflores.

Luis Amézaga dijo...

Hola tbo y comayagüelense. Me alegra encontraros por Budapest, ciudad imperial, y pueblo gris que desea ir a misa por llevar la contraria su reciente historia.

Ferenc Fehér, polítologo y ensayista extraordinario, nació en esta ciudad, igual que la socióloga y filósofa Agnes Heller. También es hijo de Budapest, el escritor Imre Kertesz, premio nobel de literatura en 2002.

Tbo dijo...

No se, prefiero otro tipo de referencias, este tío no es muy de mi estilo. Nen, pon un Link en tu vida.

Ferenc Fehér, "Crítica a la política del vacío".

Agenes Heller me gusta más...,
La cultura como arte.

Tbo dijo...

WALKING AROUND

SUCEDE que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.